Todos alguna vez en nuestras vidas hemos mirado al cielo para ver la constelación de la osa mayor.
Pues bien, a continuación os contaré un mito griego sobre esta constelación.
Según cuenta el mito, Zeus, el dios del Olimpo, se enamoró perdidamente de Calisto, una ninfa.
Zeus la hizo su amante y Hera, su esposa, le tomó celos y la convirtió en una osa.
Un día el hijo de Calisto salió a cazar y la vio convertida en osa e intentó matarla ya que el no sabía que se trataba de su propia madre.
Pero por suerte Zeus se encontraba por allí y consiguió evitar esta matanza,pero también tuvo que decidir el destino de esta osa, ya que pensó que no podía protegerla siempre que estuviera en peligro. Por eso decidió enviarla al cielo convertida en estrella y así poder verla todas las noches.
Pero Zeus no se quedó conforme y cogió también al hijo de la osa y también lo convirtió en estrella, formando la constelación de la osa menor siendo la de su madre la constelación de la osa mayor.
Pero aun así Hera seguía estando celosa y le dijo a Poseidón que nunca la constelación de Calisto y de su hijo se podrían acercar al mar y desde entonces esto se cumplió: ninguna de las dos constelaciones pueden ocultarse y permanecen siempre visibles, menos en México.